Toyota y los costos de ser el líder de la industria mundial
El afán por convertirse en el mayor fabricante de autos del mundo le está costando caro a Toyota. El problema con sus aceleradores ha afectado su imagen y credibilidad.
Aunque en Toyota lo desmientan, el afán por convertirse en el mayor fabricante de autos del mundo ha sido el responsable directo de la mayor debacle que la marca recuerde en su historia, y todo por culpa de unos aceleradores defectuosos.
Toyota expandió en muy corto tiempo sus procesos productivos, incluyendo plantas en otras latitudes y nuevos proveedores, para satisfacer la cada día más alta demanda de sus productos. Esta medida, según algunos analistas, ahora le está jugando en contra en sus procesos de verificación y certificación de calidad, y que terminó provocando el recall (llamado a revisión) más masivo de la industria automotora, con más de ocho millones de unidades en todo el mundo.
El golpe para una marca acostumbrada a lucir una intachable imagen de calidad y confiabilidad ha sido tan fuerte, que incluso su otrora inmaculada credibilidad se ha venido abajo, en la medida que se sabe que Toyota conocía del problema con los aceleradores, y que aún así tuvo una reacción general tardía.
Pese a esto, el director general de Toyota, Takahiko Ijichi, aclaró que en este proceso "no hemos sacrificado calidad por mantener los costos bajos, ya que la calidad está en nuestra esencia como marca. Nosotros queremos que nuestros clientes se sientan seguros y esperamos reconquistar su confianza lo antes posible".
ACELERADOR DEFECTUOSO
Los problemas comenzaron públicamente en septiembre de 2009, cuando se informó sobre accidentes causados por repentinas aceleraciones, provocadas por las alfombrillas de algunos modelos de la marca fabricados en Estados Unidos. Este hecho fue considerado como algo menor en un principio, pero terminó con un llamado a revisión de 4,2 millones de unidades sólo en Norteamérica.
Este hecho motivó una demanda masiva que acusa negligencia por parte de la marca, y dudaba de que la alfombrilla fuera la verdadera causa del problema. El alegato resultó ser cierto cuando el 21 de enero el fabricante realizó un nuevo recall que involucraba a otros 2,3 millones de vehículos de Europa y China, debido a que el mecanismo de los pedales fabricados por uno de sus proveedores tiende a desgastarse, por lo que en casos de baja temperatura y alta condensación podían endurecerse y tardar en regresar a su posición de reposo o, en el peor de los casos, quedar atascados.
En un principio, Toyota limitó el problema a Norteamérica, por lo que informó la suspensión de la producción y venta de los modelos RAV4 (de fabricación 2009-2010), Corolla (2009-2010), Matrix (2009-2010), Avalon (2005-2010), algunos Camry (2007-2010), Highlander (2010), Tundra (2007-2010) y Sequoia (2008-2010).
Pero a partir de ese momento, se generó una especie de efecto de bola de nieve, y el problema se extendió a Europa (donde fueron llamados a revisión los modelos Aygo, iQ, Yaris, Auris, Corolla, Verso, Avensis y Rav4), Latinoamérica, África y Medio Oriente. Además, esta falla salpicó a Ford, que tuvo que paralizar la producción del Transit Classic diésel en China, a Pontiac, debido a que el Vibe es un clon del Matrix, y a Peugeot y Citroën, que fabrican el 107 y C1 en conjunto con el Aygo.
Ante esto, Toyota decidió hacer global su campaña de revisión y terminó llamando a 8.1 millones de unidades en todo el mundo. Además, se detectó que no sólo las unidades fabricadas en Estados Unidos tenían problemas, sino que también algunas construidas en Japón, incluidas el Prius, que tendría fallas en sus frenos.
Una catástrofe para una marca que no está acostumbrada a estas situaciones de calidad, lo que podría explicar su mal manejo y tardía reacción al problema.
LAS POSIBLES CONSECUENCIAS
Además del fuerte golpe a la reputación de Toyota, que históricamente ha sustentado su negocio en su imagen de calidad y confiabilidad, ya se sienten los primeros coletazos del recall y la detención de la producción en sus plantas norteamericanas.
Las ventas de enero en EE.UU. tanto para Toyota Motor Company como para la marca Toyota, bajaron un 16% y 19%, respectivamente. Asimismo, Toyota ha perdido US$ 30 mil millones de valor en la Bolsa, mientras que sus acciones cayeron un 18%.
Por otra parte, los tres grandes de Detroit han aprovechado la crisis de su bestia negra para recuperar parte del mercado que habían perdido a manos del fabricante japonés, y todo indica que a finales de 2010, será en Wolfsburgo, en la sede de Volkswagen, donde se celebrará el liderato en la fabricación de automóviles.
fuente: latercera.com
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